lunes, 28 de diciembre de 2009

Cesc resuelve la cuadratura del triángulo

e encuentran los españolitos algo tristes estas Navidades sin fútbol para disfrutar. Parece que nos falta algo si no vemos media hora al día a Cristiano Ronaldo en la televisión. No me quiero imaginar al pobre Eduardo Inda suspirando por el regreso de CR9 de sus merecidas vacaciones navideñas para poder contarnos que ha pedido un gimnasio a los Reyes Magos. Pero gracias a este parón navideño, hemos podido disfrutar con los cinco sentidos de la sublime actuación de Cesc Fábregas frente al Aston Villa.



El gunner ha demostrado hoy que no hace falta estar 90 minutos corriendo sobre el césped para sorprender al mundo. Le han bastado 23 minutos. 1.380 segundos es el tiempo que estuvo Cesc sobre la hierba del Emirates Stadium. Su ingreso en el partido cambió totalmente el sino del partido. Hasta ese momento, el Aston Villa controlaba sin problemas las embestidas del Arsenal, e incluso comenzaba a desplegar sus alas pensando en un resultado mejor que el empate. Pero llegó el capitán y consiguió resolver la cuadratura del triángulo.

En esos 23 minutos, Cesc no rozó la perfección, la superó con creces. Aceleró la circulación de la pelota en unas pocas décimas, las que diferencian los grandes jugadores de los excelentes. Asumió la toma de decisiones de su equipo, y no cometió ni un solo error. Y por si eso fuera poco, anotó dos goles justo antes de volver al banquillo, lesionado, bajo una atronadora ovación de su público.
 
La actuación del catalán pasará a la historia de la Premier, seguro. Todo el mundo ha podido asistir al encumbramiento definitivo de este jugador. Ya se encuentra a la altura de los grandes gunners de la historia. A la altura de Liam Brad, de Thierry Henry, de Dennis Bergkamp. Jugadores históricos que han escrito gloriosas páginas del equipo inglés y que, desde ayer, tienen como compañero en la eternidad a Cesc Fábregas.

Quizás, lo que más me ha llamado la atención haya sido el primer gol. Sabía que el de Arenys de Mar era un especialista a balón parado. Pero lo tenía como un excelente sacador de córners y faltas laterales. Desde ayer, lo tendré en cuenta también para los libres directos. Un plus que añadir a todas las virtudes que reúne el capitán del Arsenal.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Tommie 'Jet' Smith


La historia del deporte la han escrito todos los deportistas que han aportado algo especial a sus disciplinas. Superación, coraje, valentía son algunos de las características que se asocian siempre a los grandes campeones. Pero para llegar al Olimpo del deporte, a ser un mito, una leyenda, se necesita, además, influir de manera especial en las sociedades de la época. Éste es el caso de Tommie Smith (6 de junio de 1944 en Clarksville, Texas) cuya gesta social superó, y casi nubló, a la deportiva.



El 16 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos de México, Tommie Smith asombró al mundo del deporte en los 200 metros lisos. Y después enmudeció al planeta entero. Han pasado ya más de 40 años, pero su recuerdo sigue imperecedero. Inalterable al paso de los años. Quizás uno de los periodistas que mejor hayan sabido describir su gesta haya sido Santiago Segurola en un artículo escrito hace 11 años en El País: “Aquella tarde, Tommie Smith hizo historia en todos los sentidos. Su nombre evoca lo mejor del deporte y de la dignidad del hombre, representada en una imagen que figura como uno de los grandes iconos del siglo XX: un atleta negro sobre el podio, el brazo en alto frente a la bandera americana, el puño derecho enfundado en un guante negro, la cabeza ligeramente humillada, el oro sobre su pecho, la protesta en el momento de la gloria, el miedo a las represalias, la ebullición de un hombre que temía ser tiroteado”.


En ese instante, Tommie Smith acababa de ganar la final de 200 metros, con un tiempo de 19.83 segundos. Una marca estratosférica para la época. Solamente por esa carrera, Smith ya debería ser considerado una leyenda. Nadie había conseguido bajar de los 20 segundos de forma oficial. La carrera se presentó como un mano a mano entre él y su compatriota John Carlos, que tomó ventaja en la curva. Casi dos metros. Pero los 80 últimos metros de Smith eran insuperables. Apodado Jet por su facilidad para acelerar, Tommie Smith recuperó la desventaja y adelantó fácilmente a Carlos. Los últimos metros de la carrera sirvieron para que el norteamericano pudiera entrar en la línea de meta con los brazos abiertos.

Smith fue un atleta alto (1,91 metros) y ligero. De zancada amplia y elegante. Fue modelo para muchos sucesores en la velocidad pura. Carl Lewis, Donovan Bailey o Usain Bolt son copias modernas de lo que significaba Jet en su época. Estas condiciones naturales le permitieron matricularse en la Universidad de San José State, el paraíso de los atletas americanos. Pero su camino hasta ese día marcaría de manera definitiva su carrera como atleta. Séptimo de doce hijos de un recogedor de algodón de Texas, Smith sufrió en sus propias carnes la discriminación racial de Estados Unidos. La huída de su familia hacia California no mejoró las cosas para él, y siguió sufriendo en sus propias carnes abusos e intolerancia. Estos años de juventud arcaron sin lugar a dudas su personalidad y sus fuertes convicciones políticas.


En San José State coincidió con excelentes atletas (John Carlos, su compañero en el podio, también entrenaba allí) y con una persona que marcaría su futuro, para bien y para mal: Harry Edwards, profesor de sociología en dicha Universidad americana. Amigo de Martin Luther King, Edwars fundó un movimiento de boicot contra los Juegos Olímpicos por la admisión en el Comité Olímpico de Suráfrica, además de pedir la dimisión por racista de Avery Brundage, presidente de dicho comité, y la devolución a Mohamed Alí del título de campeón del mundo de boxeo. A este movimiento, aparte de Smith, se unieron atletas como John Carlos o el jugador de baloncesto Lew Alcindor (que pasaría a la posteridad como Kareem Abdul Jabbar).


Pese a que terminaría acudiendo a los Juegos, Tommie Smith estaba dispuesto a llevar la protesta a un nivel superior. Lo demostró después de su brillante victoria en los 200 metros. Tras la carrera, y justo antes de la ceremonia de entrega de medallas, Smith abrió una bolsa y sacó dos guantes negros: "John, ha llegado el momento. Aquí están todos estos años de sufrimiento, de miedo. Yo voy a hacerlo. Tú decides lo que quieras"."De acuerdo. Yo también lo haré", le dijo John Carlos. Tommie Smith le entregó el guante izquierdo. Él se quedó con el derecho. Tenía miedo. "Tommie, si alguien dispara, ya conoces el sonido. Muévete rápido". Poco antes de salir al estadio para recoger las medallas, se encontraron con un aliado insospechado. El australiano Peter Norman, sorprendente segundo en la final, se interesó por la decisión de los dos atletas estadounidenses. Norman, de raza blanca, dijo que apoyaría su protesta y para acreditarlo se colocó en el pecho una insignia del Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos, el movimiento creado por Harry Edwards. Años después, Peter Norman describiría perfectamente lo que significó aquel gesto: “Ellos sacrificaron sus vidas por una causa pacífica en la que creían. Y estar implicado en esa historia como yo estuve, aunque sea de una manera tan pequeña, te marca de por vida”.


El resto es historia. La imagen de los dos atletas negros se recordará siempre como la imagen por la igualdad racial en el mundo. Aquel gesto truncó sus carreras deportivas. Avery Brundage, presidente del COI, los expulsó de la Villa Olímpica, previo despojo de sus respectivas medallas. A partir de ahí, Smith y Carlos sufrieron la segregación racial en silencio. Fueron tratados como antipatriotas y agitadores, recibieron amenazas y sufrieron en silencio la represión social. Décadas después de esa maravillosa e histórica imagen, las primeras voces comienzan a aparecer para reconocer a los dos atletas como símbolos del deporte.


martes, 15 de diciembre de 2009

A un paso del Olimpo...

El F.C. Barcelona comienza mañana su asalto al sexto título consecutivo y último del año. El Mundialito de Clubes es la última meta que tiene el conjunto de Pep Guardiola para entrar en el Olimpo de los deportes. Se podría convertir en el primer equipo de la historia en conquistarlo todo en una sola temporada. Nadie antes lo ha hecho, y se antoja difícil que alguien pueda aspirar a hacerlo en los próximos años.



Se da la situación que, además, el Mundialito de Clubes (antigua Intercontinental) es el único título internacional que falta en las vitrinas del club culé. En el museo del Barça se pueden ver Recopas, UEFAS (2 Copas de Ferias), Copas de Europa, Supercopas de Europa, pero ningún trofeo que acredita, de forma oficiosa, el mejor equipo del mundo. El Barcelona ya lo intentó hace unos años, pero el Internacional de Porto Alegre (comandado por un joven Pato) se interpuso en su camino. Aquel Barça de Rijkaard comenzaba a dar síntomas de agotamiento y ese fracaso aceleró la desmembración de aquel glorioso equipo. Por ahora, estos síntomas no se aprecian en el Pep Team. Por eso, quizás, ésta sea una oportunidad única tras los dos anteriores fracasos (Sao Paolo e Internacional).



Otro que puede hacer historia estos días en Abu Dhabi es Pedrito. Ni Messi, ni Zlatan, ni Henry. Si el canario anotase un gol en las semifinales o final, se convertiría en el primer jugador del Barcelona que consigue anotar un gol en seis competiciones diferentes en un mismo año. En 110 años de historia del club, nadie ha conseguido eso, y viendo el estado de forma y progresión del canario, sería un buen premio para el canterano.

martes, 1 de diciembre de 2009

Impresiones y depresiones después del Clásico

Ha pasado ya un día y todo empieza a asentarse después del impresionante partido que nos brindaron ayer el Barcelona y el Real Madrid. Cada uno se va con un sabor de boca diferente. Estas son mis impresiones y depresiones.

Impresiones:

1- El Real Madrid jugó su mejor partido de la temporada de largo, sobre todo en la primera parte. Frenó el juego del Barça y supo pasar rápidamente de la defensa al ataque. El equipo de Pellegrini no construyó juego ayer, pero su transición en el césped fue de libro.


2- En el planteamiento inicial, el técnico madridista superó a Guardiola, que no modificó nada de su planteamiento habitual. Pero con el paso de los minutos, Pep resolvió sobradamente los problemas de su equipo. Por su parte, Pellegrini erró en los cambios. Dejando a un lado que Cristiano no podía jugar más de una hora, no entiendo el cambio de Raúl ni que Marcelo jugara todo el partido. Este partido también lo ganó el Barcelona.


3- El Real Madrid recibió su propia medicina. Estuvo fallón arriba y recibió un gol en una de las pocas ocasiones claras del rival.



4- Ibrahimovic impone muchísimo a las defensas rivales. Sin estar al 100% metió el miedo en el cuerpo a Pepe y Albiol que no pudieron con él en ningún momento.



5- Cristiano Ronaldo es dinamita pura. Mete miedo solo con su presencia. Pero el Barcelona sabe que para pararle hay que ser un bloque defendiendo. Ayer lo volvieron a hacer. Pero dejaron más libre a Kaká que se marcó una primera parte para enmarcar.



6- Los porteros tuvieron poco trabajo. Valdés y Casillas hicieron dos paradones, más fallo de Cristiano y Messi que otra cosa, pero hay que hacerlos.



7- Dejo el último punto para Puyol. Increíble el partido del capitán blaugrana. Paró más balones que Víctor Valdés. Salvó a su equipo en tres ocasiones. Marcelo, Higuaín y Benzema se toparon el 'tiburón'. Los grandes partidos multiplican o dividen el precio de los jugadores. Visto lo visto ayer, Carles vale 100 veces más que la semana pasada. Es para enmarcar la ocasión que salva frente a Higuaín. Puyol viene de intentar rematar un saque de esquina y acaba abajo en un sprint de más de 100 metros. Os invito a disfrutar de esa jugada.



Depresiones:

1- Henry ya no es delantero centro. Y menos para un equipo como el Barcelona. El francés crea más peligro sorprendiendo y arrancando desde la banda que teniendo a los centrales pendientes de él.


2- Messi tiene licencia para jugar donde quiera, pero Guardiola debería comprender que el equipo tiene más equilibrio cuando la ‘pulga’ arranca desde la banda. El juego del Barça sería mucho más ancho y su presencia en la banda aumenta las prestaciones de Dani Alves por cien.



3- Marcelo no es jugador para el Real Madrid. Pese a sus goles y asistencias jugando de interior, el brasileño no da el nivel que sus compañeros. Tiene partidos buenos pero me niego a creer que pueda llegar a ser un buen suplente.



4- Sergio Busquets cometió el primer error desde que subió al primer equipo. El catalán lo había hecho todo bien, y sorprendía que alguien de su juventud tuviera esa templanza con el Barcelona y la selección. En el ‘Clásico’, por primera vez, su edad le jugó una mala pasada. Guardiola le habrá dado una buena charla en el vestuario.



5- Pellegrini debe recuperar a Granero ya. Ayer, cuando Kaká estaba fundido, el ‘pirata’ hubiera dado aire al medio campo frente a un equipo con diez.