lunes, 18 de junio de 2012

Reflexiones de una primera fase...

1- España va con lo justo. Domina gracias a la posesión pero no traduce esa superioridad en ocasiones claras de gol. Falta movilidad en los jugadores que no llevan el balón. Por eso parece necesario jugar con un delantero que se mueva constantemente. 

2- La pareja Alonso-Busquets parece ser inamovible para Del Bosque que, por cierto, es el que toma la decisión final.

3- Con esa dupla en medio del campo, se pierde un jugador en la zona donde España es mejor que cualquier equipo del mundo: los 3/4 de campo. En cambio, se supone tener mejor transición defensiva. Por ahora, en esta Eurocopa, esa ventaja parece no existir.

4- Hay jugadores que están lejos de su mejor momento, o físicamente cansados: Piqué, Busquets, Alonso, Xavi... Cuatro fijos.

5- La baja de Puyol, a sus 34 años, se está notando demasiado en defensa. Arbeloa no parece tener nivel para este equipo.

6- España solo se reconoce a sí misma cuando se encuentran en el campo Iniesta y Silva. De largo, los mejores jugadores ofensivos de lo que va de campeonato.

7- Cesc debe ser titular por sus actuaciones en los tres partidos de la primera fase. Mi lógica me invita a quitar a Alonso o Busquets, pero sabiendo que eso no va a ser así... ¿A quién? Quedan Xavi o Torres.

8- Una selección de este nivel, quizá la mejor de la historia del combinado nacional, no puede permitirse el lujo de tener a jugadores infrautilizados o incluso defenestrados. En este momento, Pedro, Llorente o Mata no han jugado ni un solo minuto (tampoco los porteros suplentes, Juanfran o Albiol). Otros como Cazorla o Negredo han tenido un papel casi testimonial. Parece demasiado sacrificio.

9- Casillas siempre está ahí.

10- ¿Es Iniesta el mejor jugador de lo que va de Eurocopa?

jueves, 26 de abril de 2012

Múnich estuvo a 11 metros

Se acabaron las semifinales de la Champions League. Personalmente, creo que las dos eliminatorias han sido espectaculares, cada una con su propia historia. Cuatro partidos buenos, grandiosos. Cuatro equipos que han hecho méritos para llegar a la final de Múnich. Al final serán Chelsea y Bayern, que dejaron fuera al Barcelona y Real Madrid, grandes favoritos antes de comenzar a rodar el balón. Pero el fútbol permite estas cosas, y por eso es tan bello y arrastra tanta pasión.
Messi manda el penalti al larguero
La primera sorpresa tuvo lugar en el Camp Nou, donde el Chelsea se sobrepuso a todo: una lesión, una expulsión, dos goles antes del descanso... El tanto de Ramires insufló de fuerzas a sus 9 compañeros para aguantar toda la segunda parte. Titánico esfuerzo del equipo inglés para aguantar las embestidas del considerado mejor equipo del mundo. Y donde las fuerzas no llegaron, apareció los palos para repeler el penalti de Messi (primero), y después un lanzamiento desde fuera del área del argentino. Al final, Torres daba la puntilla a un Barça que no mereció este final, pero que pagó caro (carísimo) sus errores defensivos y falta de acierto de cara a gol. El Chelsea jugará la gran final con merecimiento, pero sin brillo, por su titánico esfuerzo defensivo. El enfrentamiento entre estos dos equipos está empezando a escribir su propia leyenda, y no tardará en convertirse en un duelo histórico en la Liga de Campeones.
Si el Chelsea-Barcelona es el enfrentamiento contemporáneo de más rivalidad, el Real Madrid-Bayern puede ser uno de los más significativos de la competición. Muchos partidos, muchas eliminatorias, cada una con su propia historia, y que hace unas horas vivió un nuevo capítulo. Como no podía ser de otra manera, en esta ocasión, también será recordado por mucho tiempo. En apenas 15 minutos, el equipo blanco conseguía un 2-0 que parecía finiquitar la eliminatoria, pero (no me digan cómo) eso fue lo peor que le pasó al Real Madrid. Después de un cuarto de hora nervioso, dubitativo, inestable, el segundo gol de Cristiano le dio tranquilidad al Bayern, quizá, también, porque los de Mourinho dieron dos pasos atrás esperando "cazar" ese contraataque que les diera el tercer tanto. Apoyado en su fortaleza defensiva (más después del partido liguero contra el Barça), el Real Madrid creyó poder parar los ataques alemanes, pero no se dio cuenta de lo que se le venía encima.
Neuer para el penalti a Cristiano
Con Ribéry incordiando desde la izquierda hacia dentro, Robben creando pánico cada vez que encaraba a Marcelo, y Mario Gómez aguantando el balón hasta la llegada de la segunda línea, el Bayern empezó a llegar con peligro a la portería de Casillas (además del increíble fallo de Arjen con el 1-0). A todo este arsenal ofensivo, se sumó el partido de Toni Kroos, auténtico motor del conjunto bávaro. Su partido fue espectacular, con todas las letras, sin sobrar ninguna. Repartió con criterio, supo acelerar y frenar el ritmo de su equipo, bajó para dar salida desde atrás e intentó llegar arriba desde la segunda línea. Su actuación le ha catapultado al "estrellato" en la España futbolística que no ve más allá de Barça y Madrid. Esa España que daba por segura la final entre estos dos colosos desde hace meses. 
El encuentro se terminó en el descanso de la primera parte. A partir de ahí, ambos entrenadores colocaron el cerrojo, sabedores que un gol en contra les alejaba de la final. Hubo oportunidad, sí. Pero apenas un par para cada equipo, un bagage pésimo para dos equipos con semejantes jugadores. Que todo se iba a decidir desde los 11 metros se intuía desde mediada la segunda parte. Y al final fue lo que ocurrió. El tópico de "la lotería de los penaltis" entraba en juego. Pero de lotería nada. Eso queda para el 22 de diciembre. Como en la otra semifinal, un penalti marcó la diferencia. El de Cristiano, el de Kaká o el de Ramos. Cualquiera de los tres separó al Real Madrid de la deseada final de Champions. 

lunes, 23 de abril de 2012

Sentenciar sin arriesgar

Khedira anota el 0-1.
El Real Madrid salió claro vencedor del clásico del fútbol español. Tras unos años en los que parecía no poder competir contra el Barcelona de Guardiola en el cara a cara, los blancos consiguieron vencer en campo del máximo rival, y de paso, quitarse de encima un peso que parece más psicológico que de cualquier otra índole. El partido salió a la perfección para los de Mourinho, y parecía seguir punto por punto una hipotética hoja de ruta ideal creada por el técnico madridista. 
El Real Madrid salió y se sintió cómodo. Mucho. Fruto del buen planteamiento de su entrenador, y de la buena disposición de sus jugadores al sufrimiento. No es fácil que 11 jugadores asuman con ganas y buena cara el no tener casi el balón, el tener que estar constantemente corriendo y cerrando espacios, el estar defendiendo más que atacando. Pero así lo hizo el Real Madrid. Quizá porque eran conscientes de que no eran ellos los que tenían que arriesgar. El partido eliminaba desde el inicio la peor de las situaciones a la que se podría enfrentar el equipo de Mourinho: el ataque en estático. No es ningún secreto que el líder (y próximo campeón de la Liga) se atasca más de lo recomendable cuando tiene que llevar la batuta en ataque. No se trata de un conjunto que tenga, entre sus principales virtudes, la creación de ocasiones por elaboración, sino más bien que domina los encuentros fruto de su inmensa capacidad goleadora. Golpea una y otra vez la portería rival. Sin descanso. Del primer al último minuto hasta conseguir su objetivo. Le da igual ganar por 1 o 3 goles. Siempre quieren más (de ahí, su bestial cantidad de goles este año). 
Sin embargo, ese no fue el Real Madrid del clásico. Intentaron golpear al principio, pero apenas fueron unas bofetadas comparadas con sus habituales directos. No tenían necesidad de sacar a relucir toda su artillería. No era obligatoria (ni recomendable) la aportación ofensiva de sus laterales. Hubiera sido un error que sus dos medioscentros se hubieran descolgado al ataque. Así que el peligro del conjunto blanco pasó por el juego parado y los contraataques. Avisó primero Cristiano, castigando a un equipo que solo tenía un jugador de campo por encima del 1'80 metros de altura. Y confirmó las sospechas Khedira, aprovechando dos errores, el primero de Valdés, y el segundo de Puyol.
Si el comienzo del partido suponía un buen escenario para los de Mourinho, el 0-1 era el ideal. Desde ese momento (minuto 17) hasta el 1-2 (minuto 73), el Real Madrid no volvió a tirar entre los 3 palos. Se dedicó a ahogar al Barcelona, y lo hizo a la perfección. Amoldado al juego ofensivo de su rival, el conjunto blanco apenas sufrió hasta el descanso. En la reanudación, más de lo mismo. Se dejaba dominar esperando para dar la estocada final. La entrada de Alexis y el inmediato empate del Barça no cambió nada. Seguía siendo un escenario más que aceptable. No hubo tiempo para comprobar si la apuesta de Guardiola con Alexis hubiera cambiado algo, ya que Özil filtró un pase de mago para que Cristiano hiciera lo que mejor sabe: marcar goles. 
Una vez que este título está sentenciado, habrá que ver el comportamiento del Real Madrid en el otro frente que tiene abierto: la Liga de Campeones. El miércoles se enfrentan al Bayern de Múnich en la vuelta de las semifinales, en un partido que se presenta muy diferente al del sábado. Será el equipo blanco el que tenga que atacar desde el principio. Será el Bayern el que pueda esperar y salir rápido. Un escenario que tampoco desagrada a los bávaros. 

Triste despedida

Messi, constantemente rodeado.
Un mal día lo tiene cualquiera. A todos nos ha pasado. Esa sensación que te invade desde el primer instante del día y que te hace ver todo de otra manera. Nada sale como habías esperado. Parece como si, pese a todos tus intentos, no fueras capaz de enderezar el rumbo de esa jornada. Eso fue (junto a otros factores más tangibles) lo que pasó en el Camp Nou.
No se trata de reducir el resultado del encuentro a "fue un mal día". Ni mucho menos. Pero se trata de intentar evitar que la lectura final sea exagerada. La inmediatez del actual periodismo (no digamos ya el deportivo) parece haber obligado a los profesionales que la formamos a no tomarnos un tiempo para la reflexión.
La maquinaria periodística no hace otra cosa que devorar etapas a un ritmo devastador. Casi es imposible seguir el ritmo. Cuando te acostumbras a una situación, ésta ya ha cambiado. Ha mutado. Es diferente.
El encuentro que definiría el campeonato de Liga llegó, según teóricos y especialistas, con un Real Madrid inmerso en un sinfín de dudas, y un Barcelona en pleno apogeo. Al final de los 90 minutos, el equipo blanco se había convertido en el nuevo rey mundial, mientras que los culés parecían que empezaban a vislumbrar el final de una época dorada. Inmediatez. Sin reflexión. Un país arrollado por la vorágine periodística. 
Ni lo uno, ni lo otro. El encuentro (siempre desde mi punto de vista, por lo tanto personal, y que no representa una verdad universal) fue un reflejo de la mejor versión de un equipo enfrentada a la peor de otro. No es normal que antes del descanso, el Barça hubiera batido el récord de balones perdidos en un partido. Las imprecisiones eran la tónica dominante en los jugadores, y el hecho de que para muchos el mejor jugador del Barcelona fuera Alexis, resume lo que fue el encuentro. Es cierto que bastantes de las pérdidas fueron provocadas por la excelente defensa del Real Madrid, pero muchas más fueron pases sencillos que, simplemente, no se suelen fallar.
El partido lo empiezan a jugar los entrenadores. Y pese a que a posteriori todos los análisis son algo ventajistas, parece que la sensación es que Guardiola no acertó. Personalmente, no creo que el planteamiento del técnico culé fuera erróneo, pero sí que me quedo la sensación de que, esta vez, tardó demasiado en reaccionar. Ya mediado el primer tiempo, urgía para el juego del Barcelona una referencia que fijara a los centrales madridistas, y no permitieran a estos salir con tanta libertad para cerrar las embestidas de Leo Messi. Ese era el papel de Alexis o Cesc, aunque nadie sabrá por qué Pep no dispuso de ninguno en el 11 inicial. El de Santpedor es el que mejor conocía el estado físico de los dos, por eso tampoco se puede ser excesivamente crítico con el momento elegido por el míster para darles entrada. Más aún, cuando el martes llega el Chelsea, objetivo número 1 del calendario barcelonista.
Tello se lamenta tras una ocasión.
La idea era jugar con dos hombres en el centro (Busquets y Thiago) que dieran salida al balón, 3 volantes por delante (Xavi, Iniesta y Messi) que buscaran el balón a la espalda de Alonso y Khedira, y dos extremos (Alves y Tello) que estiraran la lona defensiva rival y dejaran al descubierto huecos por los que filtrarse. La defensa de 3 hombres funciona en partidos de gran posesión, con equipos encerrados que atacan poco. Ése era el caso, pero nada salió como planeó Guardiola. Los medioscentros no consiguieron sacar el esférico con claridad. Los volantes fueron perfectamente tapados por el rival. Y los extremos fracasaron en su intento de ganar la espalda a los laterales, y las pocas veces que lo hicieron (Tello), fallaron delante de Casillas.
La teoría chocaba una y otra vez contra la realidad. Ni siquiera los intentos de Messi fueron productivos. El Barcelona se despidió de la Liga con una actuación impropia, sobre todo en su casa. Fue un partido en el que no salió nada bien. Fue como levantarse con el pie izquierdo. Fue un mal día. Ahora llega el Chelsea, y los azulgrana tendrán un encuentro muy parecido al del sábado. Un equipo cómodo en la defensa que renunciará, de entrada, al ataque, buscando el juego a balón parado o una salida rápida que sorprenda. Llega la Champions. Llega el objetivo número 1 del Barcelona desde hace varios meses. Será en esta competición donde de verdad se puedan sacar conclusiones sobre el momento en el que se encuentra cada equipo.

miércoles, 20 de enero de 2010

Pep Guardiola renueva con el Barcelona

Pues parece que se ha cerrado ya este tema. Aunque sólo lo parezca. Pep Guardiola ha renovado por una temporada con el F.C. Barcelona, y entrenará al equipo catalán hasta 2011. La noticia la han dado todos los medios e informativos, aunque por ahora no haya nada oficial.

No hay contrato redactado ni nada firmado. Solo hay buenas intenciones y algún que otro acuerdo en cuanto al salario de Guardiola. Lo que se ha anunciado hoy, bien camuflado por el señor Laporta y Txiki, es que el noi de Santpedor renovará con el Barcelona si el próximo presidente del Barcelona sale de la actual junta.

Porque era la única duda que existía. Pep renovará con Sandro Rosell seguro. Ambos mantienen una excelente relación. Lo haría también con Ferrán Soriano. Y seguramente con cualquier presidente que saliera de las próximas elecciones. Los únicos rezagados eran los ‘continuistas’. Y estaban en esa posición porque Guardiola no lo tenía claro del todo.

Al final ha acordado seguir un año, pero solamente para que se deje de hablar de su renovación. A Pep no le gusta nada que de martes a viernes solamente se hable de su futuro sin atender a lo deportivo. Por eso lo ha hecho. Ahora este tema está aparcado y se centrará en entrenar. Se acabó el culebrón Guardiola.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Cesc resuelve la cuadratura del triángulo

e encuentran los españolitos algo tristes estas Navidades sin fútbol para disfrutar. Parece que nos falta algo si no vemos media hora al día a Cristiano Ronaldo en la televisión. No me quiero imaginar al pobre Eduardo Inda suspirando por el regreso de CR9 de sus merecidas vacaciones navideñas para poder contarnos que ha pedido un gimnasio a los Reyes Magos. Pero gracias a este parón navideño, hemos podido disfrutar con los cinco sentidos de la sublime actuación de Cesc Fábregas frente al Aston Villa.



El gunner ha demostrado hoy que no hace falta estar 90 minutos corriendo sobre el césped para sorprender al mundo. Le han bastado 23 minutos. 1.380 segundos es el tiempo que estuvo Cesc sobre la hierba del Emirates Stadium. Su ingreso en el partido cambió totalmente el sino del partido. Hasta ese momento, el Aston Villa controlaba sin problemas las embestidas del Arsenal, e incluso comenzaba a desplegar sus alas pensando en un resultado mejor que el empate. Pero llegó el capitán y consiguió resolver la cuadratura del triángulo.

En esos 23 minutos, Cesc no rozó la perfección, la superó con creces. Aceleró la circulación de la pelota en unas pocas décimas, las que diferencian los grandes jugadores de los excelentes. Asumió la toma de decisiones de su equipo, y no cometió ni un solo error. Y por si eso fuera poco, anotó dos goles justo antes de volver al banquillo, lesionado, bajo una atronadora ovación de su público.
 
La actuación del catalán pasará a la historia de la Premier, seguro. Todo el mundo ha podido asistir al encumbramiento definitivo de este jugador. Ya se encuentra a la altura de los grandes gunners de la historia. A la altura de Liam Brad, de Thierry Henry, de Dennis Bergkamp. Jugadores históricos que han escrito gloriosas páginas del equipo inglés y que, desde ayer, tienen como compañero en la eternidad a Cesc Fábregas.

Quizás, lo que más me ha llamado la atención haya sido el primer gol. Sabía que el de Arenys de Mar era un especialista a balón parado. Pero lo tenía como un excelente sacador de córners y faltas laterales. Desde ayer, lo tendré en cuenta también para los libres directos. Un plus que añadir a todas las virtudes que reúne el capitán del Arsenal.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Tommie 'Jet' Smith


La historia del deporte la han escrito todos los deportistas que han aportado algo especial a sus disciplinas. Superación, coraje, valentía son algunos de las características que se asocian siempre a los grandes campeones. Pero para llegar al Olimpo del deporte, a ser un mito, una leyenda, se necesita, además, influir de manera especial en las sociedades de la época. Éste es el caso de Tommie Smith (6 de junio de 1944 en Clarksville, Texas) cuya gesta social superó, y casi nubló, a la deportiva.



El 16 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos de México, Tommie Smith asombró al mundo del deporte en los 200 metros lisos. Y después enmudeció al planeta entero. Han pasado ya más de 40 años, pero su recuerdo sigue imperecedero. Inalterable al paso de los años. Quizás uno de los periodistas que mejor hayan sabido describir su gesta haya sido Santiago Segurola en un artículo escrito hace 11 años en El País: “Aquella tarde, Tommie Smith hizo historia en todos los sentidos. Su nombre evoca lo mejor del deporte y de la dignidad del hombre, representada en una imagen que figura como uno de los grandes iconos del siglo XX: un atleta negro sobre el podio, el brazo en alto frente a la bandera americana, el puño derecho enfundado en un guante negro, la cabeza ligeramente humillada, el oro sobre su pecho, la protesta en el momento de la gloria, el miedo a las represalias, la ebullición de un hombre que temía ser tiroteado”.


En ese instante, Tommie Smith acababa de ganar la final de 200 metros, con un tiempo de 19.83 segundos. Una marca estratosférica para la época. Solamente por esa carrera, Smith ya debería ser considerado una leyenda. Nadie había conseguido bajar de los 20 segundos de forma oficial. La carrera se presentó como un mano a mano entre él y su compatriota John Carlos, que tomó ventaja en la curva. Casi dos metros. Pero los 80 últimos metros de Smith eran insuperables. Apodado Jet por su facilidad para acelerar, Tommie Smith recuperó la desventaja y adelantó fácilmente a Carlos. Los últimos metros de la carrera sirvieron para que el norteamericano pudiera entrar en la línea de meta con los brazos abiertos.

Smith fue un atleta alto (1,91 metros) y ligero. De zancada amplia y elegante. Fue modelo para muchos sucesores en la velocidad pura. Carl Lewis, Donovan Bailey o Usain Bolt son copias modernas de lo que significaba Jet en su época. Estas condiciones naturales le permitieron matricularse en la Universidad de San José State, el paraíso de los atletas americanos. Pero su camino hasta ese día marcaría de manera definitiva su carrera como atleta. Séptimo de doce hijos de un recogedor de algodón de Texas, Smith sufrió en sus propias carnes la discriminación racial de Estados Unidos. La huída de su familia hacia California no mejoró las cosas para él, y siguió sufriendo en sus propias carnes abusos e intolerancia. Estos años de juventud arcaron sin lugar a dudas su personalidad y sus fuertes convicciones políticas.


En San José State coincidió con excelentes atletas (John Carlos, su compañero en el podio, también entrenaba allí) y con una persona que marcaría su futuro, para bien y para mal: Harry Edwards, profesor de sociología en dicha Universidad americana. Amigo de Martin Luther King, Edwars fundó un movimiento de boicot contra los Juegos Olímpicos por la admisión en el Comité Olímpico de Suráfrica, además de pedir la dimisión por racista de Avery Brundage, presidente de dicho comité, y la devolución a Mohamed Alí del título de campeón del mundo de boxeo. A este movimiento, aparte de Smith, se unieron atletas como John Carlos o el jugador de baloncesto Lew Alcindor (que pasaría a la posteridad como Kareem Abdul Jabbar).


Pese a que terminaría acudiendo a los Juegos, Tommie Smith estaba dispuesto a llevar la protesta a un nivel superior. Lo demostró después de su brillante victoria en los 200 metros. Tras la carrera, y justo antes de la ceremonia de entrega de medallas, Smith abrió una bolsa y sacó dos guantes negros: "John, ha llegado el momento. Aquí están todos estos años de sufrimiento, de miedo. Yo voy a hacerlo. Tú decides lo que quieras"."De acuerdo. Yo también lo haré", le dijo John Carlos. Tommie Smith le entregó el guante izquierdo. Él se quedó con el derecho. Tenía miedo. "Tommie, si alguien dispara, ya conoces el sonido. Muévete rápido". Poco antes de salir al estadio para recoger las medallas, se encontraron con un aliado insospechado. El australiano Peter Norman, sorprendente segundo en la final, se interesó por la decisión de los dos atletas estadounidenses. Norman, de raza blanca, dijo que apoyaría su protesta y para acreditarlo se colocó en el pecho una insignia del Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos, el movimiento creado por Harry Edwards. Años después, Peter Norman describiría perfectamente lo que significó aquel gesto: “Ellos sacrificaron sus vidas por una causa pacífica en la que creían. Y estar implicado en esa historia como yo estuve, aunque sea de una manera tan pequeña, te marca de por vida”.


El resto es historia. La imagen de los dos atletas negros se recordará siempre como la imagen por la igualdad racial en el mundo. Aquel gesto truncó sus carreras deportivas. Avery Brundage, presidente del COI, los expulsó de la Villa Olímpica, previo despojo de sus respectivas medallas. A partir de ahí, Smith y Carlos sufrieron la segregación racial en silencio. Fueron tratados como antipatriotas y agitadores, recibieron amenazas y sufrieron en silencio la represión social. Décadas después de esa maravillosa e histórica imagen, las primeras voces comienzan a aparecer para reconocer a los dos atletas como símbolos del deporte.


martes, 15 de diciembre de 2009

A un paso del Olimpo...

El F.C. Barcelona comienza mañana su asalto al sexto título consecutivo y último del año. El Mundialito de Clubes es la última meta que tiene el conjunto de Pep Guardiola para entrar en el Olimpo de los deportes. Se podría convertir en el primer equipo de la historia en conquistarlo todo en una sola temporada. Nadie antes lo ha hecho, y se antoja difícil que alguien pueda aspirar a hacerlo en los próximos años.



Se da la situación que, además, el Mundialito de Clubes (antigua Intercontinental) es el único título internacional que falta en las vitrinas del club culé. En el museo del Barça se pueden ver Recopas, UEFAS (2 Copas de Ferias), Copas de Europa, Supercopas de Europa, pero ningún trofeo que acredita, de forma oficiosa, el mejor equipo del mundo. El Barcelona ya lo intentó hace unos años, pero el Internacional de Porto Alegre (comandado por un joven Pato) se interpuso en su camino. Aquel Barça de Rijkaard comenzaba a dar síntomas de agotamiento y ese fracaso aceleró la desmembración de aquel glorioso equipo. Por ahora, estos síntomas no se aprecian en el Pep Team. Por eso, quizás, ésta sea una oportunidad única tras los dos anteriores fracasos (Sao Paolo e Internacional).



Otro que puede hacer historia estos días en Abu Dhabi es Pedrito. Ni Messi, ni Zlatan, ni Henry. Si el canario anotase un gol en las semifinales o final, se convertiría en el primer jugador del Barcelona que consigue anotar un gol en seis competiciones diferentes en un mismo año. En 110 años de historia del club, nadie ha conseguido eso, y viendo el estado de forma y progresión del canario, sería un buen premio para el canterano.

martes, 1 de diciembre de 2009

Impresiones y depresiones después del Clásico

Ha pasado ya un día y todo empieza a asentarse después del impresionante partido que nos brindaron ayer el Barcelona y el Real Madrid. Cada uno se va con un sabor de boca diferente. Estas son mis impresiones y depresiones.

Impresiones:

1- El Real Madrid jugó su mejor partido de la temporada de largo, sobre todo en la primera parte. Frenó el juego del Barça y supo pasar rápidamente de la defensa al ataque. El equipo de Pellegrini no construyó juego ayer, pero su transición en el césped fue de libro.


2- En el planteamiento inicial, el técnico madridista superó a Guardiola, que no modificó nada de su planteamiento habitual. Pero con el paso de los minutos, Pep resolvió sobradamente los problemas de su equipo. Por su parte, Pellegrini erró en los cambios. Dejando a un lado que Cristiano no podía jugar más de una hora, no entiendo el cambio de Raúl ni que Marcelo jugara todo el partido. Este partido también lo ganó el Barcelona.


3- El Real Madrid recibió su propia medicina. Estuvo fallón arriba y recibió un gol en una de las pocas ocasiones claras del rival.



4- Ibrahimovic impone muchísimo a las defensas rivales. Sin estar al 100% metió el miedo en el cuerpo a Pepe y Albiol que no pudieron con él en ningún momento.



5- Cristiano Ronaldo es dinamita pura. Mete miedo solo con su presencia. Pero el Barcelona sabe que para pararle hay que ser un bloque defendiendo. Ayer lo volvieron a hacer. Pero dejaron más libre a Kaká que se marcó una primera parte para enmarcar.



6- Los porteros tuvieron poco trabajo. Valdés y Casillas hicieron dos paradones, más fallo de Cristiano y Messi que otra cosa, pero hay que hacerlos.



7- Dejo el último punto para Puyol. Increíble el partido del capitán blaugrana. Paró más balones que Víctor Valdés. Salvó a su equipo en tres ocasiones. Marcelo, Higuaín y Benzema se toparon el 'tiburón'. Los grandes partidos multiplican o dividen el precio de los jugadores. Visto lo visto ayer, Carles vale 100 veces más que la semana pasada. Es para enmarcar la ocasión que salva frente a Higuaín. Puyol viene de intentar rematar un saque de esquina y acaba abajo en un sprint de más de 100 metros. Os invito a disfrutar de esa jugada.



Depresiones:

1- Henry ya no es delantero centro. Y menos para un equipo como el Barcelona. El francés crea más peligro sorprendiendo y arrancando desde la banda que teniendo a los centrales pendientes de él.


2- Messi tiene licencia para jugar donde quiera, pero Guardiola debería comprender que el equipo tiene más equilibrio cuando la ‘pulga’ arranca desde la banda. El juego del Barça sería mucho más ancho y su presencia en la banda aumenta las prestaciones de Dani Alves por cien.



3- Marcelo no es jugador para el Real Madrid. Pese a sus goles y asistencias jugando de interior, el brasileño no da el nivel que sus compañeros. Tiene partidos buenos pero me niego a creer que pueda llegar a ser un buen suplente.



4- Sergio Busquets cometió el primer error desde que subió al primer equipo. El catalán lo había hecho todo bien, y sorprendía que alguien de su juventud tuviera esa templanza con el Barcelona y la selección. En el ‘Clásico’, por primera vez, su edad le jugó una mala pasada. Guardiola le habrá dado una buena charla en el vestuario.



5- Pellegrini debe recuperar a Granero ya. Ayer, cuando Kaká estaba fundido, el ‘pirata’ hubiera dado aire al medio campo frente a un equipo con diez.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Larga vida al Barça…

Solo ha sido un paso… pero se puede considerar una zancada. El Barcelona se ha impuesto al Inter en un partido muy bueno. Excelente en la primera parte, donde el equipo de Guardiola dejó claro que sigue pudiendo jugar al nivel del año pasado. Aunque solo fueron 45 minutos. Y solo fueron esos, porque en la segunda parte los culés parecían tener la mente en otro partido. Eso, y que el Inter decidió que la mejor manera de evitar una goleada era ponerse duro. La verdad que sufro al ver a Eto’o, Milito o Maicon “jugando” a algo que no se merecen.

Volviendo al Barcelona… Lo peor (o mejor) es el juego del equipo sin Messi e Ibrahimovic. Sin los que se supone que son sus estrellas. Que lo son, pero no son los más importantes. Hasta hace poco, la estrella de un equipo era el jugador imprescindible, pero a partir de ahora vamos a tener que ser más exactos con estos dos términos. Las estrellas indiscutibles del Barcelona son Messi e Ibrahimovic. Son los más mediáticos, los mejor pagados y los más valorados en el mercado. Pero los jugadores imprescindibles son Xavi e Iniesta. El equipo puede carburar sin uno de los dos, pero tengo dudas que lo haga sin los dos a la vez. Si a estos dos genios, les añades a Piqué, Puyol, Dani Alves y Pedrito pues la combinación puede resultar explosiva.

A la lista anterior, hay que unir otros dos nombres, pero creo que merecen un aparte. Estos son Abidal y Keita. ¿Conocen a alguien que le siente mejor la gripe A que al lateral francés? Hacía muchos meses (dudo si alguna vez) que no veía un partido bueno de Abidal. Ayer defendió a la perfección, apoyó a los compañeros para el juego en corto, subió al ataque y ensanchó el campo al máximo cuando fue necesario. La ovación con la que le despidió el Camp Nou no fue gratuita, se la merecía.

El otro caso es Keita. La temporada pasada el africano dejó dudas sobre su fichaje, pero este año está callando muchas bocas. Guardiola ve en él una bendición. Keita no es manco distribuyendo el juego, pero lógicamente no es ni Xavi ni Iniesta. Él lo sabe, y en vez de obsesionarse con eso, prefiere explotar sus virtudes que le hacen diferente a sus compañeros. Despliegue físico e incorporación al ataque marcan su juego. Keita es un trabajador nato y así lo demuestra. Tarda segundos en pasar de la defensa al ataque. Con inteligencia y movimientos correctos siempre está donde se le necesita. Después se incorpora al ataque con mucho criterio. Siempre llega en segunda línea, sorprendiendo a la defensa, con poderío, con gol. Además tiene buen disparo y remate de cabeza. Creo que el Barça puede echar más de menos a Keita que a Touré durante la Copa de África. No digo que Keita sea mejor, pero mientras siga Busquets en esta línea….