miércoles, 11 de noviembre de 2009

Papá, ¿por qué somos del Real Madrid?

Me acordaba viendo los últimos minutos del Real Madrid – Alcorcón de una frase, que en tono de mofa, soltó un amigo viendo el enésimo fallo de Perea durante el partido del sábado pasado: “Papá, ¿por qué somos del Atleti? Decía tras ver cómo su equipo se ponía con 0-3 en el Vicente Calderón.

Me acordaba porque ahora mismo este amigo estará lejos de acordarse de aquellos momentos de alegría y euforia. Es posible que esté pensando que el dinero no da la felicidad, al menos en el fútbol. Que es increíble que con la pasta que se gastó Florentino haya pasado esto. Que los jugadores son unos mercenarios (frase atlética donde las haya). Que si los palos. Que si Pellegrini. Que si Lass. Que si Gago… Muchas cosas para intentar sacar de la cabeza lo único claro en este asunto: El Alcorcón ganó la eliminatoria por un global de 4-1.

El fútbol volvió a mostrarle al mundo parte de su grandeza. Ese factor que lo hace único entre todos los deportes. El 4-0 fue algo sorprendente. Humillante para el equipo grande. Pero la victoria madridista de hoy ha sido, incluso, peor. Sonrojante y avergonzante. Ni miedo escénico, ni espíritus, ni nada. El Madrid atacó, disparó y lo intentó, pero en ningún momento se vislumbró ninguna remontada. El Alcorcón defendió sin renunciar a nada. Solo con la ilusión han eliminado a un equipo de 300 millones de euros que ha enseñado al mundo sus miserias. De nuevo.

Pero lo peor no está ahí. Lo más hiriente es que el Santiago Bernabéu se llenó hasta los topes para dar un voto de confianza al equipo. Para hacer llegar ese ánimo en los momentos necesarios. Pero ni con esas. Si al menos solo hubieran ido 20.000 personas, se podría pensar que a nadie le interesaba esta competición. No fue el caso. El coliseo blanco albergó a 80.000 personas en su interior. 80.000 almas que vieron como su ilusión se desvanecía minuto a minuto. El malestar del público rozó lo esperpéntico, terminando en cánticos con sorna hacia sus propios jugadores. La imagen del Bernabéu pidiendo la entrada de Marcelo o Drenthe no hace más que alejar a estos dos jugadores del equipo. No tienen cariño ni apoyo de la afición, y sus actuaciones dejan mucho que desear. Por cierto, que el seguidor blanco ya tiene su veredicto en la guerra abierta entre Pellegrini y Guti. El chileno tendrá que cumplir condena, tarde o temprano.
Y no nos olvidemos que con esto, ya no hay posibilidad de conseguir el ansiado triplete. Ciertos sectores mediáticos lo vendieron como posible, probable y al alcance de la mano. Dos meses han bastado para aplazar esa ilusión otro año más.

p.d. Paradójicamente, el presidente del Real Madrid decía por la mañana en los deportes de Cuatro que el club necesitaba “recuperar su sitio en el panorama internacional”. Esas palabras, a esta hora de la noche, son mucho más dolorosas. El equipo no solo ha caído en Copa contra un Tercera (la 2ªB es la tercera división española), sino que en ningún momento se ha mostrado superior a su rival. Llega el mercado de invierno. Cuidado.

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